Desfile de Chloé |
Hace unos años, el camel fue el protagonista indiscutible de las pasarelas internacionales. Me remonto a los años 90, época en la que la moda se perfilaba como un espejo de la mujer andrógina con un marcado carácter minimal y sencillo. Hoy, una década después, los coolhunters del momento y nuevos talentos de la moda han desempolvado del baul de los colores una tonalidad aburrida hasta el bostezo y simple hasta el aburrimiento.
Propuestas de Céline, Chloé, Lanvin y Calvin Klein respectivamente |
Con Stella McCarney aún el recuerdo, la casa Chloé presentó unas propuestas, que en mi opinión, no favorecen a la mujer actual ya que le añaden un aspecto cetrino y añejo. Céline fue más allá y añadió notas de atrevimiento en los trajes de noche y Lanvin...como siempre, una delicia.
Y claro, ahí está Zara con sus precios low cost chic para vestir a todas las acérrimas seguidoras de la moda que no pueden costearse el abrigo de paño de Céline o la blusa de seda de Chloé. Luego las calles se llenan de mujeres clonadas que parecen sacadas de un molde de Mattel y uno se pregunta ¿Por qué Inditex será tan copión?
Está claro que una tendencia de este invierno es la naturalidad; desde el nude en el maquillaje hasta los tonos tostados en la ropa. Pero si el exceso de color es vulgar, más aún la ausencia casi total del mismo. Y entonces no importa que llevemos puesto un pantalón de 1500 euros con una etiqueta dorada que ponga Made in France.
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